
Vuelve en olas a un ritmo somnífero
Por Andrea Gorgonia Treviño Mi abuelo murió dos veces: el día en que el cáncer intervino en su vida y este sábado en que encontré sus sacos vendiéndose en el mercado. Su muerte no fue tan premeditada, más bien fue pasiva y somnolienta. Ni sorpresiva, ni esperada. Creo que nunca antes había visto que alguien…