La reina de la noche
Hoy me convenzo que por tu parte
nunca fuiste mía,
ni yo para ti ni tú para mí.
Toña La Negra
Estoy seca por dentro. Hay ocasiones en las que vale la pena pagar cariño,
ésta es una de ésas.
Lucha Reyes, La reina de la noche, Arturo Ripstein
Al final ella se suicida
Patricia Reyes Spíndola es Lucha Reyes, La reina de México
[Borrachita de tequila… llevo siempre…. el alma mía… para ver si se mejora de esta cruel melancolía]
en la cantina.
Lucha sorbe aguardiente del hombro de La Jaira
Mi Jairita, la que no fue mía,
la que nunca se quiso ir a vivir conmigo
¡La Jaira es Blanca Guerra, en su vestido de satín
y encaje negro entre los senos
gira la cabeza en desaprobación
Cuántas no hemos sido la reina de la noche,
la que canta y bebe en un burdel,
con un puñado de celos y sanguijuelas en el cuerpo
¡por ellas y ellos,
aunque mal paguen!
[Todos alzan su copa]
brindan
interior. casa regentada por doña Victoria
Me da miedo que vuelvas a hacer el numerito de la suicida
a otros les dio por rezar
a ti te dio por matarte
No se apure madre,
hoy no me mato
fade in
Conocí a un hombre
y todavía lo traigo entre las piernas
[Ojalá este momento se quedara quieto
siempre]
fade out
última escena
Lucha apresura con alcohol el efecto de las pastillas
encerrada en el baño abre la llave de la tina
[en mi cabeza resuena en off
Por un amor esta vida es mejor que se acabe
no es para mí, pobre de mí / ay corazón, pobre de mí /
no sufras más…]
LUCHA
Ya no me duela mamá, ya no
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Princesas Disney
El siguiente poema no incluye a todas las princesas Disney.
Por la escalera suben los pasos de mi madre
cerramos los ojos
¿a qué juegan?
pregunta en voz alta
mientras ella besa mi boca
y sale corriendo con su vestido amarillo
cuello blanco y azul
listón negro en la cabeza
¿a qué juegan? pregunta mi madre desde la infancia
Jamás supe si era ella el príncipe vestido de princesa
o si era yo la niña príncipe
como en el cuento de “El traje del Emperador”
desnudo
convencía al reino de portar el traje más suntuoso
de pedrería invisible
yo sin disfraz alguno
era su princesa o su príncipe
A mis tres años la niña príncipe se llamaba Snow White
Cinderella, a los cinco
Bella, a los doce
a los dieciséis, Ariel,
Aurora, a los veintitrés,
Jazmín, a los veintisiete…
Y si encuentro a tu príncipe azul
¿qué te hago?
Pregunta al teléfono la voz de mi madre
Del libro Spoiler Alert (UANL, 2022)
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Sistema ferroviario
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El sonido del tren atraviesa el aire. Dos líneas paralelas, firmes, bajo el peso del metal en movimiento, cualquier objeto que intente enfrentarlo provocará una coalición: animal de carga o doméstico, todo medio de transporte, una moneda (águila o sol), el cuerpo humano tendido sobre los durmientes u otro que se deslice, felino. Aquel objeto ante el chirrido de la maquinaria, fragmentará su materia. Frente a la propagación de esta fuerza, sólo el viento transporta su silbido.
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9:41 a.m.
Cielo azulcielo nublado, cielo de mis pensamientos. Maquinaria en marcha. No recuerdo otra ciudad donde el tren, bullicio orgánico, protagoniza el paisaje sonoro. Sus articulaciones, audibles como el cuerpo de la mañana, respiración lenta, estiramiento de músculos, reacomodo de huesos. Reverberación encerrada en burbuja, es una cañada. Escucha, sus articulaciones no han sido lubricadas. En caso de fractura los habitantes de cañada/ desierto acudirán al auxilio. De madrugada autos comienzan a andar, en el mercado el sonido del metal oxidado en la tortillería, chirrido agudo. Despierta.
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C/R
Pasajeros, recuerdos abordan el vagón.
Equipaje de carga: la muerte propia.
Estaciones peligran su extinción.
Advertencia. Jubilación posible de rieles.
La fidelidad del tren a la terminal, sus coordenadas.
Espera en el andén, tránsito a des-tiempo. El sí-lugar.
El convoy no traslada más cuerpos en su interior,
ha dejado de engullir el ansia.
El anhelo del trayecto es devenir otra ciudad.
Idilio perdido, nombrar estaciones.
Aquel temblor advertía la llegada del tren.
Usanza infame de caminar por las vías.
Fisura sobre el mapa
entre la urbe y la carencia.
Ciudad:
Los rieles ya no recuerdan a sus habitantes.
Luces intermitentes. Enrojecido faro de niebla.
Mar/ horizonte:
líneas dividen e intersectan insomnios.
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§
Reverberación de una letra, silbido o grafía:
…§..§..§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§§..§..§…
Superposición
vibración del sonido/ extensión del cuerpo.
Caja en resonancia
suspendida.
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Z/S
No regresa el mismo ferrocarril, tampoco los vagones de carga en la terminal Catorce o W. Aprendemos a nombrar estaciones: primavera o estío. Tampoco es la misma hoja al caer del árbol, su follaje muda. Flor de verano o invierno amarillo, germina entre vías; sin hora exacta, el silbido fiel a la vida, devana. Esa mirada, la infancia, esta lluvia o su niebla atraviesan el convoy que vuelve.
De la plaquette Sistema ferroviario (El Rey Chanate, 2025).
Las cursivas pertenecen a las estaciones Cartografía del tren, de Yelitza Ruiz,
El Guardagujas, de Juan José Arreola y a Los Cadetes de Linares.
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Verónica G. Arredondo (Guanajuato, 1984) Poeta, escritora y doctora en Artes. Autora de Spoiler Alert, Damas Errantes, Ese cuerpo no soy, Verde fuego de espíritus, Desparpajados; del ensayo Voracidad, grito y belleza animal. Nominada al Pushcart Prize (2024), por la edición bilingüe, Ese cuerpo no soy, mismo que obtuvo el “Pub House Press”, Québec (2020) y el Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde (2014); también, en ese año recibió el Premio Dolores Castro de Poesía.

